A veces, a partir de los elementos y materiales más humildes se crean los objetos más funcionales y decorativos. Siguiendo con nuestra pasión por el bricolaje y los muebles reciclados, en este caso os voy a proponer que os fabriquéis una librería vintage por un coste de apenas unos euros, llena de encanto y que brillará con luz propia en cualquier salón o dormitorio.
Para hacer este pequeño mueble necesitaréis tablas de madera (podéis comprarlas, pero mucho mejor si las recicláis de algún mueble o estructura viejos, o quizás de un palet de obra), dos cinturones de piel (a poder ser, similares), clavos, metro, nivel, barniz color nogal, lanilla de acero y cera incolora.
¡Manos a la obra! En primer lugar, si las tablas no tienen la misma longitud o ancho (a ser posible, hay que intentar que sí tengan el mismo grosor) habrá que cortarlas a la medida. Lija los cantos para redondearlos y evitar que desprendan peligrosas astillas. La librería no debe ser muy grande, ya que los cinturones no tienen fuerza como para aguantar mucho peso. Aplica una o dos manos de barniz color nogal a las baldas para proteger la madera y darle color. Cuando esté seco, frota la superficie con lanilla de acero y aplica un poco de cera, a la que después le sacarás brillo.
Cierra los cinturones con las hebillas, de forma que las bandas tengan cabida suficiente como para alojar las baldas y lo que se vaya a coloca en ellas. Mide cuidadosamente la distancia que dejarás entre las baldas, de manera que éstas queden exactamente a la misma altura y perfectamente horizontales cuando cuelgues el mueble de la pared. Verifica que las baldas están niveladas y cuelga el mueble agujereando los cinturones y enganchando los agujeros a unas escarpias colocadas en la pared con tacos de expansión.