Las superficies de color son siempre un toque interesante para cualquier habitación de la casa. Los armarios, por su tamaño y sus líneas rectas, son muy susceptibles de lucir amplias superficies coloreadas. Sin embargo, cambiar un armario que está en buen estado supone una importante inversión, que además hoy día resulta más problemática que nunca.
Por eso creo que es una buena idea intentar dar un aire distinto a nuestros armarios mediante el color. Y para ello, nada mejor que el plástico autoadhesivo, que podemos encontrar en los centros de bricolaje en muchísimos colores y diseños.
Mejor en puertas lisas
Para poder pegar el plástico de forma que quede perfecto, lo mejor es que el armario tenga las superficies completamente lisas y sin molduras. Si además es blanco podremos usar plástico de colores transparente, que aporta una luz muy atractiva. Pero no es necesario: existen modelos opacos de muchos colores perfectos para este cometido. Si las puertas de vuestros armarios tienen molduras, probad a retirarlas: que no os preocupe que queden agujeritos de clavos o marcas, porque bastará con lijar un poco la superficie para poder revestirla. El plástico cubrirá los defectos.
Vaporizar agua y extender con rodillo
Pegar bien las láminas sobre las superficies no es tan fácil como pudiera parecer. Deben estar bien limpias, y antes de pegar el plástico lo mediremos y cortaremos con cuidado. Siempre es más fácil cubrir toda la hoja, hasta los bordes, y cortar el sobrante. Antes de pegar el plástico conviene vaporizar el armario con agua, para después ir pegándolo poco a poco, retirando el papel protector a medida que avanzamos. Una espátula de goma (o un rodillo de este material) serán excelentes aliados para colocar el plástico perfectamente. Si además pedís ayuda, seguro que vuestros armarios quedarán tan bonitos como los de las fotografías.