Fijáos qué banco tan rústico y bonito para la terraza, construido con tablas de desecho procedentes de un viejo andamio. Este banco se puede construir en una tarde, y así aprovechar esos momentos de las vacaciones en las que nos apetece aprovechar el rato para dar rienda suelta a nuestra pasión por el bricolaje…
Para construir este banco sólo necesitas unas tablas de unos 18 y 12 mm de grosor, mejor si son recicladas (de andamios, construcción, palets, encofrados… Aunque también pueden ser nuevas), un taladro atornillador, sierra circular, lijadora y sargentos.
En primer lugar tendrás que cortar las tablas a escuadra (si no lo están), tanto por sus extremos como por los laterales. Este banco se ha construido con herramientas de la firma Dremel: una sierra compacta, un atornillador y la Dremel 300 con distintos accesorios. Pero las herramientas de toda la vida también te servirán. Cuando tengas cortadas las tablas, corta también las piezas de los reposabrados y de la parte superior del respaldo, de menor grosor.
Une las tablas del respaldo como ves en la foto de la izquierda, atornillando unos travesaños. La parte inferior tendrás que serrarla en bisel para que, al apoyarla sobre el asiento y fijarla a éste, quede ligeramente inclinada. Para las uniones, utiliza tornillos inoxidables. Los laterales llevan un travesaño interior que cumple dos funciones: unir las tablas y apoyar el asiento sobre él.
Termina atornillando los reposabrazos. El encanto de este banco es precisamente su aspecto rústico, así que puedes dejarlo sin barnizar o aplicarle un barniz de poro abierto, con o sin color, si quieres que te dure muchos años en buen estado. Y si te gustan los colores vivos, aplica a la madera dos o tres manos de esmalte azul intenso, verde esmeralda o rojo vivo. Eso sí, busca un producto especial para exterior.
Fotografías: cortesía de Dremel.