Hace unos días os enseñé a renovar unas viejas sillas de metal, en un post que tuvo mucho éxito. Y no es de extrañar: ¿quién no tiene unas sillas heredadas, pasadas de moda o directamente sacadas de un contenedor, que vivieron ya hace tiempo sus mejores días? Una vez más vamos a meternos de lleno en el mundo del reciclaje para renovar el aspecto de estas sillas, con una tendencia hace furor: los acabados con lunares.
Este nuevo look se podría llamar “estilo flamenco”, ya que parece que estas divertidas sillas están vestidas “de faralaes”. Los ingleses llaman a este estampado polka dot, y la verdad es que es una solución súper fácil para renovar las sillas.
Pintura DTM para las patas
En la primera foto podéis ver el “antes y después” de dos sillas de contrachapado con patas de metal. Un diseño que nos suena a todos, ¿no es así? Para que queden tan bonitas como la de la foto de la derecha, y como las que están sobre estas líneas, empezaremos desmontando el asiento para pintar las patas. Si hay restos de óxido tendremos que emplear una pintura del tipo DTM (directas al metal), que evitan que éste se propague. En este caso hemos escogido un color rojo vivo, muy acorde con el acabado en lunares.
Selladora, esmalte y cinta de carrocero
Por otra parte, la pieza de asiento y respaldo se lijó para eliminar desperfectos y etiquetas, y para crear una superficie rugosa que “agarrase” bien la pintura. Con una mano de selladora sintética aplicada con rodillo (por ambas caras) creamos una base sobre la que pintar. Después pintamos las sillas con esmalte-laca blanco, y una vez secas, colocamos tiras de cinta de carrocero en sentido vertical y con separación regular entre ellas. En cada cinta, con un cúter afilado cortamos pequeños círculos que después rellenaremos con esmaltes de otros colores. Tras retirar la cinta dejamos secar… Y listo: sillas nuevas. Os muestro dos acabados más para que os sirvan de inspiración.