De acuerdo: puede parecer muy atrevido, chillón, exagerado… Y es que el color naranja no tiene término medio. O lo amas, o lo aborreces. Pero lo cierto es que este tono, que tan complicado parece en decoración, resulta muchas veces perfecto para pintar y renovar muebles viejos o pasados de moda, con resultados tan bonitos como los de las fotos.
Un mueble naranja será sin duda la estrella de cualquier estancia, por lo que hay que pintarlo con cuidado e intentar que tenga estilo y clase. ¡Nada de horteradas! Quedaos con estos consejos para lograr que vuestros muebles pintados de naranja sean la envidia de todas las visitas.
Lujo asiático
El estilo oriental casa muy bien con este alegre color. Podéis aplicarlo en muebles de diseños rectos, como aparadores o armarios, y combinarlo siempre con tiradores y herrajes de inspiración asiática. Para pintar los muebles, lijadlos suavemente y aplicad una mano de selladora acrílica con rodillo. Cuando esté seca, podéis dar dos capas de esmalte acrílico color naranja. Si matizáis el tono con una pátina de envejecer hecha con cera incolora y un poco de betún de Judea, el mueble ganará en elegancia y discreción.
Otra buena idea es combinar el color naranja general con detalles en blanco. Por ejemplo, podéis conseguir un estilo encantadoramente retro como el de esta cómoda, pintando las molduras y la encimera con un esmalte acrílico de este tono.
Con gris: combinación perfecta
Más propuestas: decorar puertas y/o cajones con un estarcido o un vinilo autoadhesivo de fondo transparente, como el que se ha empleado en este bonito mueble. También podéis estampar las superficies con un tampón de esponja previamente recortado; la pintura gris, como se ve en la foto, queda perfecta con el naranja. Si cambiáis los tiradores por unos modernos de acero inoxidable, conseguiréis un efecto actual y lleno de personalidad.