A la izquierda podéis ver la inspiración que generó este curioso proyecto: se llama Hose Chair (silla de manguera) y es un mueble de Chase-Forest Furniture, una firma de mobiliario curioso de Denver, Estados Unidos. Y a la derecha, lo que ahora nos interesa: una vieja silla con estructura de tubo cromado que se ha reciclado para lograr este modelo retro-futurista, de lo más bonito y cómodo.
Para tener una silla tan elegante y divertida como ésta solo necesitáis una estructura de metal (puede servir cualquier silla o tumbona plegable de tubo de aluminio) y una manguera transparente.
En este caso se empleó una silla de las clásicas con asiento y respaldo de polipiel cosida. La verdad es que con la manguera se han conseguido un efecto totalmente novedoso y divertido, y lo mejor de todo: único, personal y barato. Para “tapizar” cualquier silla de metal de esta manera, primero tendrás que fijar el extremo de la manguera a uno de los tubos. Hazlo con un nudo o con varias grapas fuertes, y asegúrate de que queda bien firme para no llevarte un susto cuando te vayas a sentar o a reclinar.
Después solo tendrás que ir pasando la manguera y tensándola bien, de forma que las tiras queden paralelas, regulares y bien organizadas. Cuanto más tupido sea el “tejido”, mayor seguridad y comodidad ofrecerá la silla. Si te gusta esta idea, piensa que puedes adaptarla también a viejas sillas de madera con asiento de mimbre o enea, que hayan perdido este material: grapa el comienzo de la manguera a uno de las esquinas con una grapadora de pistola y ve pasando las tiras de lado a lado. El contraste entre la madera y el estilo rústico de la silla creará una pieza única, llena de encanto kitsch y que seguro que te copiarán.