Hablar de Fritz Hansen no es hablar de una empresa de diseño cualquiera. Su andadura empezó en 1872 en Dinamarca y desde entonces no han dejado de maravillarnos con propuestas de las que el mismísimo Fritz Hansen, el carpintero que ceó la compañía, estaría muy orgulloso.
Desde entonces han trabajado con maestros de la talla de Arne Jacobsen, Poul Kjærholm, Cecilie Manz o Kasper Salto. Por eso no es de extrañar que de vez en cuando nos sorprendan con productos como la silla que te traigo hoy, que aunque parezca una silla normal y corriente no lo es.
Detalles de calidad
Aprovechando que son especialistas en el moldeo de la madera contrachapada, han logrado crear un asiento de lo más cómodo que tiene un diseño en forma de concha que nos resulta familiar, para el cual han utilizado nueve capas de chapa.
Aunque la unión de armazones suele hacerse de tal forma que a uno le da la sensación de que está ante una pieza de mobiliario pesada, lo cierto es que en este caso no tenemos esa percepción porque se han unido con mucha sutileza, para que parezca que apenas se tocan.
Apoyabrazos prácticos y discretos
Es uno de los muchos detalles a destacar de esta silla de madera, como por ejemplo sus cortos apoyabrazos, que tienen la virtud de permitirnos estar cerca de la mesa sin dejar de cumplir con su principal función. Además, a ambos lados del asiento se aprecia una ligera inclinación gradual que hace que uno se sienta como si la silla le estuviera abrazando.
Para terminar, comentar que desde 1957, cuando vio la luz la silla Grand Prix de Arne Jacobsen, Fritz Hansen no se atrevía a lanzar una silla totalmente de madera capaz de captar toda la esencia de esta firma de diseño tan prestigiosa.
Me gustaria saber sobre la historia de esta silla y cuando fue creada, estoy estudiando diseño mobiliario y me intereso este diseño para estudiarlo