Un revistero, mesa de centro, un escabel y un pequeño mueble para almacenaje. Nuestra idea bricolajera de hoy es las cuatro cosas a la vez, y también un precioso elemento decorativo con un curioso aire a medio camino entre minimalista y artesanal. A partir de una maleta barata de madera forrada de plástico, hemos realizado una divertida y elegante mesita que además te servirá como revistero, caja de costura, minibar o lo que tú quieras.
¿Qué necesitas para tener un mueble tan bonito como éste? Pues ganas de ponerte manos a la obra, sobre todo…
…Y además, te hará falta una maleta rígida de tamaño mediano, unas patas de madera sin tratar con espigas de metal roscadas (en tiendas de manualidades, centros de bricolaje o tiendas de muebles de madera; si no las encuentras, también puedes usar las de un escabel pequeño), taladro, adhesivo de montaje o cola fuerte, tinte color nogal, barniz sintético satinado, lanilla de acero nº 000, cera incolora y pintura en aerosol color marfil.
Lo primero que has de hacer es pintar la maleta y, si quieres, empapelarla o forrarla por dentro (dependiendo del destino que le vayas a dar). Píntala con dos o tres manos de pintura en aerosol sintética color marfil; tardarás muy poco y te quedará perfecta. Deja secar bien, y mientras tanto, tiñe las patas con el tinte nogal. Cuando esté seco, aplica dos manos de barniz sintético satinado para proteger la madera; frótalo con lanilla de acero cuando esté seco y aplica también un poco de cera para que quede suave y bonito.
Para fijar las patas, taladra ligeramente las esquinas inferiores de la maleta y aplica adhesivo de montaje o cola fuerte a la base. Atornilla la espiga metálica roscada a la maleta, presionando bien hasta que la cola rebose. Limpia los restos con un paño húmedo. Ya tienes lista tu nueva mesita-maleta-revistero-minibar, que te quedará preciosa en el salón, junto al sofá.