Muchos muebles de Ikea están diseñados con una estética altamente minimalista y funcional, sin adornos ni molduras y con profusión de superficies planas y lisas. Estas características los convierten en los sujetos perfectos para ser decorados y tuneados de mil y una maneras. Por ejemplo, pegando adornos sobre sus distintas superficies.
Es el caso de la cómoda Malm, todo un clásico de la firma sueca y que existe en varias versiones: con más o menos cajones, vertical u horizontal… Este modelo en particular se ha decorado con apliques de madera de inspiración romana, para lograr un resultado de diez. Más fácil, imposible.
Con cartón pluma
En este caso. los apliques de madera se compraron en una tienda de manualidades. Si no los localizáis, no os preocupéis: os propongo que los hagáis vosotros mismos. Para ello, podéis escoger un material mucho más blando, maleable y fácil de manejar que la madera o el contrachapado: el cartón pluma. Es un cartón con ambas caras de color blanco, que se vende en tiendas especializadas en papelería y que lo hay en distintos grosores.
Pintados en color oro
Para este trabajo puede bastar con un cartón pluma de unos 3-5 mm de espesor. Dibujad el motivo deseado sobre el cartón (mejor si empleáis una plantilla: así os quedará siempre igual) y cortad las piezas con cúter afilado. Lo mejor es hacerlo con paciencia, ya que os quedará mucho más exacto. Después, pintad los motivos con pintura dorada en aerosol y dejadlos secar para luego dar otra mano. Cuando estén perfectamente dorados, solo queda pegarlos a los cajones con cinta de doble cara o adhesivo de montaje. Nada que ver con la cómoda anterior… ¿Verdad?