Una vez más, volvemos a interesarnos por las técnicas e ideas más originales y fáciles para reciclar nuestros muebles. En el campo de la pintura las opciones son muchísimas; por ejemplo, los acabados de lunares con “aire flamenco” de los que os hablaba recientemente. Un método decorativo que causa furor en los últimos tiempos es la técnica conocida como dip painting, que traducido del inglés viene a significar algo así como “pintura por inmersión”.
La idea es pintar los muebles imitando cómo quedarían si sumergimos parte de ellos en un cubo con pintura. Como podéis ver, el resultado es muy original.
Madera y lacado
Para conseguir este tipo de acabados, tenéis que pensar si queréis dejar el mueble parte en madera vista y parte lacado, o si lo que os apetece es combinar dos pinturas. Para la primera opción hay que decapar y lijar la madera, y después aplicar sobre el mueble dos manos de tapaporos rebajado al 50% con disolvente nitrocelulósico. Cuando esté seca la segunda mano, frotaremos la madera con lanilla de acero nº 000. Es el momento de colocar cinta de carrocero y pintar el resto del mueble con el color escogido (lo mejor, el esmalte acrílico).
Detalles dorados
Los muebles pintados a dos tonos también quedan estupendos. Podéis pintar el mueble entero con el color que más se vaya a ver: blanco, negro, rojo… Para ello daremos dos manos de esmalte acrílico, dejando secar la segunda mano de un día para otro. Lo único que falta es enmascarar la parte que queremos dejar con el color original y pintar el resto, aplicando por lo menos tres manos. El color oro, como veis en muchas de estas imágenes, es perfecto para combinarlo con tonos oscuros e intensos. Una vez pintado el segundo tono, retirad de inmediato la cinta de carrocero para evitar que arranque la pintura.