Frosta, de IKEA, es un taburete versátil donde los haya. Igual te sirve para la cocina que para el cuarto de los niños. Lo mismo cumple su función de asiento, como qu hace las veces de mesilla de noche o de mesa auxiliar en el salón.
Y en ese espíritu multifuncional que tiene el taburete, tiene mucho que ver su diseño sencillo y puro, sus formas nada complicadas que se adaptan a cualquier ambiente e interiorismo, y su practicidad sobradamente probada. Hoy te animo a que lo decores a tu gusto para enriquecerlo con tu toque personal.
Mil formas de personalizarlo
La idea es tomar su acertado diseño e incorporar algún motivo decorativo que lo personalice. Puedes emplear pintura, la técnica del decoupage o, incluso, forrar el tablero con papel adhesivo. Deja volar tu imaginación.
La clave está en decidir qué nuevo uso vas a dar a Frosta, y dónde piensas colocarlo. Si lo quieres para la habitación de los niños, opta por motivos infantiles y colores alegres. Si lo vas a usar en tu dormitorio, elige tonos que armonicen con el resto de la decoración; y lo mismo si lo quieres para la cocina.
La técnica adecuada
Una vez hayas decidido qué técnica vas a usar, ya puedes ponerte manos a la obra. El método más sencillo es elegir un papel adhesivo que te guste, poner sobre el papel el taburete al revés para marcar la circunferencia, recortar y pegar con cuidado. Más fácil, imposible.
Si prefieres pintarlo, asegúrate de que la superficie de madera está limpia de barnices (si no es así tendrás que decaparla previamente). Termina con una capa de barniz mate incoloro para proteger el resultado.
La técnica del decoupage es también una buena alternativa. Puedes buscar en Internet diseños que te gusten, imprimirlos al tamaño adecuado y aplicarlos con un poco de pegamento. Una vez terminado el trabajo, aplica dos o tres capas de barniz.