Acabado en pan de plata para muebles

En una ocasión os hablaba en Revista Muebles de la tendencia de los acabados metalizados en decoración. Esta tendencia es sin duda una realidad, y no solo en lo que respecta a los clásicos dorados o las superficies de acero y cromadas. El pan de plata es un acabado que cada vez se ve más en los muebles actuales, bien reinventando diseños clásicos como el de la cómoda bombeé de la derecha, bien dando un nuevo look a muebles más modernos como el de la izquierda.

Realizar este tipo de acabados no es complicado si se usan los materiales necesarios y se tiene un poco de cuidado. A continuación os doy unas pautas básicas.

Lo mejor es pintar primero los muebles con una pintura acrílica de color gris, que servirá como base para unificar el pan de plata. En las tiendas de manualidades encontraréis todo lo necesario para lograr este acabado: pan de plata (mejor las hojas tipo transfer, que vienen pegadas en una fina lámina de papel y son mucho más fáciles de utilizar), mixtión y barniz para protegerlo. Una vez pintado el mueble de gris hay que aplicar el mixtión, un pegamento muy fino para adherir la plata a la superficie. Déjalo secar el tiempo que indique el envase y, cuando esté mordiente, presiona la lámina plateada sobre él.

Procura colocar los cuadrados de plata de forma regular y ordenada, para que la superficie quede uniforme. Cuando hayas cubierto el mueble, déjalo secar hasta el día siguiente. Si quieres un acabado envejecido, frota la plata con lanilla nº 0000 hasta desgastarla; si por el contrario te gusta brillante, pasa una brocha de maquillaje por encima para quitar los restos de pan de plata y barniza el mueble con un barniz incoloro brillante en aerosol. Aplica dos o tres manos en días sucesivos para garantizar la máxima protección al acabado.