Librería flexible


Te dispones a colocar tus libros en la estantería pero no tienes los suficientes ejemplares para disponerlos todos en vertical, así que quedan huecos y no te queda más remedio que inclinar el último para mantenerlos bien firmes. ¿Te suena esta cotidiana situación? Pues esto no supondría ningún problema si contaras con la librería Bookshelf de Ivan Zhang, que incorpora barras curvadas y, por tanto, con la que no es necesaria la utilización de sujetalibros.

Nacido en Shanghái y residente en Alemania, donde estudia maestría en diseño industrial, este joven diseñador está especializado en rediseñar muebles tradicionales para aumentar su capacidad de uso y hacerlos asequibles y prácticos para los consumidores. Un buen ejemplo es la librería que acabamos de mencionar y de la que a continuación vamos a dar más detalles.

Sin herramientas ni complicadas instrucciones

Zhang ha propuesto una estantería descompuesta en unidades de construcción simples fabricadas en madera. Así, el usuario puede montarla y desmontarla de manera sencilla, sin necesidad de herramientas ni complicadas instrucciones, lo que también facilita su traslado a las estancias que más convengan.

Cómo funciona

La estructura periférica de la pieza se basa en diferentes módulos unidos mediante pequeñas bisagras internas, lo que permite que el marco se pueda plegar sobre sí mismo. Las baldas se sirven de manera independiente y se insertan a la estructura doblándolas y deslizándolas en las ranuras interiores destinadas para ello. Un solo movimiento es suficiente para curvarlos e introducirlos en las mismas. Una vez montada, los libros se apoyan contra las paredes exteriores de la propia biblioteca.

Objetos ladeados hacia un lado

Debido a la curvatura de las baldas los objetos ubicados en la estantería, especialmente libros, se ladean hacia un lado impidiendo que puedan volcarse y eliminando la necesidad de disponer de un elemento auxiliar para fijar el conjunto.

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