El sofá cama es una de esas piezas de mobiliario imprescindibles, especialmente cuando la falta de metros cuadrados es un problema y nos las tenemos que ingeniar para dar cabida a nuestros invitados. Por ello, conviene elegir muy bien el modelo que mejor se adaptará a nuestras necesidades, valorando una serie de aspectos como el precio, el diseño, la comodidad o la funcionalidad.
En este artículo vamos a compartir contigo una serie de claves que te ayudarán a elegir el sofá cama perfecto. ¿Te apetece conocerlas? Entonces no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación.
Tipos de sofá cama
Conviene empezar hablando de los tipos de sofá cama que existen en el mercado para tener una idea más clara de lo que estamos buscando. En ese sentido, las opciones que tenemos a nuestra disposición son 3, y todas ellas se diferencian entre sí por contar con un sistema de apertura distinto.
Así, podemos hablar de sofás cama desplegables, sofás cama deslizantes o tipo «nido» y sofás cama tipo libro con sistema «clic-clac». Lógicamente, la elección de uno u otro dependerá de nuestras necesidades, siendo los de tipo libro los más habituales en habitaciones juveniles, puesto que son los más económicos. Los deslizantes o tipo «nido» son recomendables para darles un uso esporádico, ya que el mecanismo de extracción de la cama no es todo lo cómodo que podríamos imaginar, mientras que los sofás cama desplegables son los más habituales por las ventajas que ofrecen.
Espacio disponible
Una de las primeras cosas que deberías hacer antes de decidirte por un modelo u otro, es tener muy claro el espacio del que dispones para colocar el sofá cama, ya que en función de ello podrás acceder a un abanico más o menos amplio de diseños. Un sofá cama rinconera o un sofá cama de cuatro plazas puede ser una solución fantástica cuando se trata de un salón de grandes dimensiones, mientras que los problemas de espacio nos invitan a pensar más bien en un sofá cama de dos plazas o de sistema «clic-clac».
Diseño
Como no podía ser de otra forma, el diseño es otra de las cuestiones a valorar antes de tomar una decisión de compra. Debemos hacernos con un sofá cama que conviene con el resto de muebles del salón o de la habitación en la que vayamos a colocarlo. Por ello, todo dependerá del estilo decorativo reinante en dicha estancia, que puede ser el nórdico, el rústico, el vintage, el minimalista… Todo ello sin olvidarnos de un clásico del diseño como el Chesterfield de piel, que sin duda suele ser siempre un acierto.
Comodidad
Todo lo anterior está muy bien, pero no sirve de nada si el sofá cama que vamos a elegir no es lo suficientemente cómodo como para garantizar el descanso de quienes lo vayan a utilizar. Por ello, es muy recomendable probarlo en una tienda antes de decidirse, ya que de lo contrario estamos corriendo el riesgo de hacernos con un modelo que tal vez no sea todo lo cómodo que creíamos que iba a ser. Al igual que con la compra de un colchón, este es un aspecto básico.
Por otra parte, también debemos ser conscientes del uso que le vamos a dar, ya que no es lo mismo comprar un sofá cama que vamos a utilizar con cierta regularidad que comprar un sofá cama al que le vamos a dar un uso esporádico. En función de ello tendrá sentido invertir más o menos dinero en su compra.