Hoy vamos a escapar un poco de los muebles de diseño y las nuevas coleccionesn para dedicar el post al “hazlo tú mismo” y al reciclaje. Ambas pasiones son perfectas para disfrutar del tiempo libre, y al mismo tiempo aprovechar viejos cachivaches para crear nuevos muebles de lo más atractivos.
En este caso, vamos a ver cómo se pueden reciclar puertas aparentemente inservibles y viejas, que estaban destinadas al contenedor. Y vamos a aprovecharlas para construir mesas de lo más especiales y resistentes.
Eliminar la pintura vieja
La idea es aprovechar alguna puerta sólida, mejor si es vieja y tiene elementos como cuarterones, clavos, etc., para hacer una mesa grande de estilo vintage. Puede tratarse de una mesa de comedor, con cabida para varios comensales, o de una amplia mesa de centro: todo depende del espacio que tengamos y de nuestras necesidades. En primer lugar, si la puerta tiene varias capas de pintura estropeadas habrá que decaparla. Podemos hacerlo con pistola de calor y rasqueta, o bien con decapante, espátula, lanilla de acero y alcohol. Una vez limpia, conviene lijar la superficie con una lijadora delta y lija de grano medio.
En madera o en color
Si la madera está en buen estado, puede bastar con aplicar un barniz de poro abierto (por ejemplo, en color nogal o teca) y luego cubrir la puerta con un cristal, una vez colocada sobre los caballetes. La idea es colocar dos caballetes resistentes y atornillar la puerta a ellos, introduciendo los tornillos desde abajo. Pero también se puede pintar la puerta y dejarla tan bonita como las que aparecen sobre estas líneas: en un sobrio color negro o en un tono azul con letras estarcidas en distintos tamaños. Y como podéis ver, para las patas también se puede reciclar una mesa vieja que ya no tenga encimera, o construir una estructura con listones y trozos de vigas, sólidos y resistentes.