La ilusión de estrenar muebles no debería ser cosa de unos pocos días. No deberíamos hacer como el niño que se cansa de su juguete nuevo y se olvida de él por completo. Hay que hacer todo lo posible para que se mantengan como el primer día, y para ello hay que llevar a cabo una serie de acciones que son imprescindibles para su mantenimiento.
De ellas te hablaré a continuación, así que toma nota y verás como tus muebles se mantienen como nuevos durante más tiempo del que imaginabas.
Limpieza ineludible
Si quieres que tus muebles se mantengan en buen estado durante mucho tiempo, es evidente que tendrás que ser muy responsable con la limpieza. Eso sí, no sirve cualquier limpieza, ya que dependiendo del material y del acabado del mueble tendrás que actuar de una u otra manera.
Lo que es evidente es que un mueble de madera jamás se puede limpiar con lejía o amoniaco, como tampoco puedes utilizar estropajos abrasivos para frotar. Si lo haces, lo primero que eliminarás es el brillo y/o la capa protectora que pueda tener, pero con el paso del tiempo también verás cambios en el color del mueble y un serio deterioro de la madera.
La madera, sobre todo si está barnizada, hay que limpiarla con una bayeta humedecida en agua tibia y jabón neutro después de sacar el polvo. El movimiento de limpieza debe hacerse en el sentido de las vetas y no hay que presionar en exceso, ya que podríamos rayar el mueble. Acto seguido, cuando ya está todo mojado, hay que pasar un trapo seco para no dejar ni una gota que pueda provocar humedad.
Lejos del calor y la humedad
Más allá de la limpieza, hay que ser muy cuidadoso con los lugares que elegimos a la hora de colocar los muebles, ya que éstos sufren mucho cuando están cerca de fuentes de calor y humedad. Eso significa que hay que asegurarse de que la madera es lo suficientemente resistente como para soportar los rayos del sol, algo que normalmente está garantizado en los muebles que están pensados para exterior. De la misma forma, debes saber que los muebles que formarán parte del baño están sometidos a altos niveles de humedad, motivo por el cual no sirve cualquier cualquier material o acabado. Dos manos de selladora sintética y tres manos de esmalte de laca son suficientes para garantizar la resistencia a la humedad y la impermeabilidad de un mueble que no la ofrezca de serie.
Movimiento de muebles
Los muebles hay que moverlos con delicadeza, a poder ser levantándolos para evitar que los ajustes se desacoplen. Además, los que no tienen ruedas para moverse suelen rayar el suelo si no se levantan.
Movimiento de objetos decorativos que están en un mueble
No solo hay que tener cuidado con el movimiento de los muebles, sino que también hay que ser meticuloso a la hora de mover los objetos que están colocados encima de ellos. No hay que arrastrarlos bajo ningún concepto, sobre todo si tienen patas o están hechos con materiales que puedan dañar el mueble.
El calor y las mesas
Vuelvo a hablar del calor, pero esta vez refiriéndome a las mesas. Es habitual llevar ollas con caldo o puré y vasos que están calientes. Colocarlos encima de la mesa sin más es un error porque el calor que desprenden hace que se deteriore la madera. Lo que hay que hacer es utilizar un mantel en casos como el del vaso caliente, mientras que para algo más grande y de mayor temperatura como una olla con caldo hay que emplear un salvamanteles de madera.
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