A muchos nos pasa: nos dedicamos a buscar ese detalle decorativo y funcional con el que sabemos positivamente que nuestra habitación, salón o baño van a quedar perfectos… Y no terminamos de encontrarlo. Por ejemplo, el espejo del baño. Es difícil localizar uno que se ajuste a las dimensiones que nos interesan y que sea exactamente de nuestro estilo.
En estos casos, lo mejor es acudir directamente al bricolaje para fabricar un espejo tan elegante y bonito como el de la foto de la izquierda. Además, que no os quepa duda: construirlo es facilísimo.
Para hacer un espejo como éste necesitaréis molduras de enmarcar (las venden a la medida en centros de bricolaje), una ingletadora, selladora sintética, pintura acrílica color gris antracita (o del color que más os guste), adhesivo de montaje resistente a la humedad, cinta americana, un espejo de las dimensiones adecuadas, silicona incolora… Y nada más. En primer lugar tendréis que cortar las molduras a inglete para formar el espejo; podéis hacerlo con la ingletadora o pedir que os las corten a la medida en el centro de bricolaje. Después, hay que ensamblar el marco con adhesivo de montaje y darle una mano de selladora sintética.
Cuando el producto esté seco, lijad suavemente la selladora con lija nº 400 y pintad el marco con tres manos de pintura acrílica. No está de más dar también una capa de barniz sintético incoloro (mate o satinado) para proteger el acabado de la humedad. Y cuando esté seco, sólo queda colocar el espejo en el marco pegándolo al rebaje de éste con silicona incolora. Una vez terminado, fijad el marco a la pared con adhesivo de montaje profesional; mientras se seca, sujetadlo con cinta americana como podéis ver en la foto de la derecha. ¡Ah! No olvidéis quitar los restos de silicona del espejo antes de que se sequen; también podéis protegerlo con cinta de carrocero para que no se manche.