La mítica silla Acapulco es un diseño icónico de los años 50 hecha en México que está inspirado en las hamacas de malla tejidas. Con una base de acero, este sillón sienta bien en cualquier estancia de la casa, e incluso es apta para la terraza.
El diseño cogió el nombre de un famoso balneario a orillas del Pacífico. Unió la tradición con la innovación, armonizando la mera función del confort ergonómico con una forma estética que causó impacto en su momento de creación.
Más de medio siglo de éxito
Después de más de cincuenta años de vida, la silla Acapulco se ha convertido en un clásico que sigue versionándose a si misma en múltiples colores y acabados. Incluso las hay de talla pequeña, apta para niños.
Múltiples páginas web de distribuidores de mobiliario la siguen vendiendo (la puedes encontrar a partir de 320 euros) como uno de los diseños más cool. Queda perfecta como sillón en el salón. Sobre todo, si se combina por parejas alrededor de una mesa de centro. Sola puede servir también para decorar un rincón de lectura y, en grupos y en el exterior, forman una maravillosa terraza.
La silla está formada por una base sólida de acero con un sillón de cuerda de vinilo. También existe una versión más elegante elaborada con cuero. Cada silla está hecha a mano por artesanos que encordan una a unas las cuerdas de cada silla, teniendo estas pequeñas imperfecciones que las convierten en piezas únicas y que pasan a formar parte de su encanto retro.
Las medidas de la silla estándar son de 70 centímetros de ancho por noventa de alto y de profundidad. Como diferentes acabados a destacar, el acero también puede estar pintado de negro, aunque este acabado siempre recoge más la suciedad y puede llegar a desconcharse con el paso del tiempo.