Los acabados craquelados, tan llenos de encanto antiguo, es algo que en Revista Muebles ya hemos contemplado alguna vez. Los productos que actualmente están disponibles en las tiendas de manualidades y centros de bricolaje hacen de esta técnica una de las más sencillas y llamativas de todas las que se pueden usar para renovar muebles.
En esta ocasión vamos a mezclar dos técnicas para conseguir un resultado perfecto: el acabado en imitación pan de plata y el craquelado envejecido. El resultado: muebles de estilo industrial con un toque vintage. ¿Se puede pedir más?
Goma-laca o selladora
En primer lugar, si vamos a usar un mueble viejo o pasado de moda, tendremos que lijar suavemente la superficie y aplicar una mano de selladora. En muebles de madera limpia bastará con dar una mano de goma-laca para cerrar el poro. Para afinar el acabado se puede lijar esta capa una vez seca con lija nº 600. Quitamos el polvo y damos la primera mano del acabado: el color negro es perfecto. Podéis usar una pintura acrílica, que secan más rápido y se limpian con agua.
Dos pinturas y un craquelador
Sobre el fondo negro será el momento de dar la pintura color plata. ¡Ojo! Tiene que ser una pintura al agua, de tipo acrílico y si es posible, para manualidades. Una sola capa será suficiente, intentando cubrir la superficie pero sin preocuparnos si no conseguimos un aspecto completamente regular. Cuando esté seca, el producto craquelador se extiende con brocha y a pinceladas amplias. Las pinceladas no se deben trabajar, sino darse y dejarse tal cual. Cuando se seque, este producto romperá la pintura y dejará ver el color negro de debajo. Para terminar, podemos dar una mano de barniz protector incoloro o pátina de betún de Judea para finalizar nuestro trabajo.